La Historia de La Cerveza
Publicado: Noviembre 04, 2022 11:13:54 P. M.
Esta bebida fue creada
por mujeres, quienes controlaron la industria por 3 mil años.
La cerveza es la tercera bebida más
consumida del mundo, y su historia se remonta a más de 4,000 años atrás. Y en
estos milenios la cerveza ha estado siempre estrechamente ligada a las mujeres,
productoras durante al menos 3,500 de esos años. ¿Cómo surgió esta bebida? ¿Por
qué las mujeres estaban a cargo? ¿Por qué se rompió el lazo entre mujeres y
cerveza? Te contamos la historia completa.
El nacimiento de la cerveza
Ya
hay registros de cerveza en el 2000 a.C., en los territorios de Sumeria,
hoy Irán. Las mujeres eran responsables de preparar esta bebida que daba ánimos
a los constructores de la civilización y era un eje social. Las sumerias producían
todo tipo de cerveza: blanca, negra, roja, del inframundo, de
trigo, cerveza madre y cerveza para sacrificio.
Mujer egipcia haciendo cerveza. Dea/G. Dagli Oorti
via Getty Images
Los
antiguos griegos, una cultura sumamente machista, nunca se llevaron
bien con la cerveza, a la que adjudicaban muchos problemas de salud. Pero en
Egipto la bebían desde el esclavo hasta el Faraón, y era preparada por las
mujeres en un área especial bajo la supervisión de la señora de la casa. Los
salarios se pagaban con cerveza, dos contenedores por día de trabajo, y la
cerveza egipcia se exportó a Roma, Palestina e India.
En
la sociedad vikinga las mujeres también producían cerveza. Debido al clima de sus
territorios, esta cerveza contenían ingredientes más “alternativos”, como enebro,
cornezuelo (un alucinógeno), beleño y cicuta, con los efectos psicodélicos que
puedes imaginar. La delicadeza de estas recetas les dio a las mujeres que las
preparaban un lugar especial y títulos como Volva, Volur, y sacerdotisas. Ellas
crearon el concepto de bragg: ver el futuro estando
bajo la influencia de esta singular variante cervecera.
La evolución cervecera
Estas primeras cervezas carecían de cualquier conservador, por lo que la producción era extremadamente local. Fue hasta el siglo XI que la monja Benedictina Hildegard von Bingen, mística y herbalista, introdujo el uso de lúpulo para preservar el líquido y dar amargor, y transformó la elaboración de la bebida. Al día de hoy von Bingen es considerada una santa patrona de la cerveza.
Hildegard von Bingen, protectora de la cerveza. Imagen: Temple University
La
producción de cerveza se extendió por toda Europa y el Nuevo Mundo, siempre
controlada por mujeres, conocidas como alewives o brewsters.
En casas, tabernas, fiestas, cualquier género, raza y edad tenía acceso a esta
bebida. El control de calidad de la cerveza era
muy estricto, y las mujeres acusadas de adulterar o producir mala cerveza eran
sujetas a castigos como azotes, ser arrojadas al agua o, según un grabado en
piedra en Ludlow, Inglaterra, ser arrastradas al infierno por
demonios.
La cerveza y las brujas
Y
es aquí donde la historia de la cerveza se vuelve aún más interesante si es
posible: las mujeres cerveceras dieron paso a la imagen más
famosa de la brujería. Varios de los elementos más clásicos de las
brujas vienen de la producción femenina de cerveza: el sombrero puntiagudo, la
escoba, el caldero, y los gatos.
Ya
desde el siglo XIV una mujer con sombrero era considerada más distinguida,
elegante y con clase. Una empresaria cervecera que se respetara salía al
mercado para vender su producto ataviada con sombrero, pero hacía la prenda más
alta y vistosa para distinguirse y atraer clientes. Mientras más alto el
sombrero, más se haría notar la mujer y por lo tanto su cerveza. Marketing puro
de las mujeres medievales.
Mother Louise, una cervecera de Oxford en los 1600.
Imagen: David Logan
Si
la mujer en cuestión vendía desde casa, sea en pensión o taberna, o simplemente
despachando la bebida, también necesitaba distinguirse de otros hogares. Para
ello, colgaba en la entrada una escoba, símbolo de trabajo
doméstico. El cliente podía estar seguro de que encontraría ale casero y de
calidad, elaborado por la señora de la casa.
La
forma más fácil y cómoda de preparar la cerveza era con un caldero donde
hervían el mosto y mezclaban sus ingredientes. Los gatos eran muy apreciados
por estas mujeres debido a que combatían a los ratones, principales
destructores de granos y propagadores de contaminación – recordemos que esta
época es la edad de oro de la Peste Negra. Mujer, caldero, sombrero, escoba,
gato… ¡Bienvenidos los estereotipos!
El fin de la mujer en la cerveza
La
asociación entre mujer y cerveza terminó con la Iglesia católica. Otro de los
símbolos que distinguían a una casa cervecera era un talismán similar a la
estrella de David, seis puntas que representaban los ingredientes de una buena
cerveza: lúpulo, granos, malta, levadura, agua, y la mujer
cervecera.
La
alusión judía fue el pretexto perfecto para que la Iglesia aprovechara la
creciente ola de antisemitismo del siglo XV (que vería la cúspide con la
Inquisición de los Reyes Católicos) e invadiera un negocio lucrativo y de paso
eliminara la influencia de las mujeres. Llega el concepto demonizado de la
bruja con escoba y sombrero, preparando “pociones” en la diabólica oscuridad de
su casa. Repentinamente, el saber manipular plantas e ingredientes se consideró
una influencia del demonio sobre las almas puras.
Furiosos
porque la mujer tenía el control exclusivo de producción y ganancias, los altos
poderes católicos las satanizaron y expulsaron hasta que la cerveza fue una
industria dominada por hombres, tendencia que prevalece hasta nuestros días. Se
volvió común ver producción de cerveza en monasterios, y consumo en reuniones
masculinas, mientras la cacería de brujas llegaba a niveles nunca antes vistos
en los que al menos 75% de las víctimas fueron mujeres.
Los
esfuerzos para separar mujeres y cerveza también tenían como intención evitar
que se “distrajeran” de su “propósito principal”: la maternidad. Fue por eso
que en 1540 la ciudad de Chester prohibió hacer cerveza a toda mujer entre 14 y
40 años; el margen de edad que consideraban apropiado para tener hijos. Por
toda Inglaterra se propagaron chismes de antisalubridad y mañas de negocio para
eliminar a las mujeres de la industria.
La cerveza y la mujer hoy
Un
estudio de Stanford publicado en 2014 indica que entre las microcervecerías
sólo 4% de los maestros cerveceros son mujeres, aunque al
menos 32% de todo el consumo de cerveza artesanal viene de mujeres.
Por
todos lados es fácil encontrar tanto a quienes dicen que una mujer bebiendo
cerveza es vulgar e inapropiado, como a quienes afirman que las mujeres
“también” pueden hacer o beber cerveza, ambos lados ignorantes de que la
cerveza comenzó con las mujeres. Incluso las asociaciones y cervecerías
enfocadas a impulsar a mujeres en la industria se manejan como una nueva
minoría incursionando en vez de reclamar su lugar como creadoras.
Cerveceras en Oregon: Sarah Pederson, Lucy
Burningham, Natalie Baldwin, Emily Engdahl. Imagen: Jeff Alworth
A
pesar de todo, cada vez hay más maestras cerveceras y dueñas de etiquetas
y tap rooms. Las certificaciones oficiales están abiertas a ambos
géneros y el reto es destruir los estereotipos relativamente nuevos. Algunas de
las cerveceras más destacadas son Sara Barton y Emma Gilleland en Inglaterra,
Jill Vaughn y la Hermana Doris Engelhard en la Abadía de Mallersdorf, donde
lleva trabajando más de 40 años. En África la producción de cerveza sigue
estando dominada por mujeres, y destaca Apiwe Nxusani-Mawela, una de sólo seis
mujeres que es dueña absoluta de una cervecería comercial.
Por Michelle López de Gourmet de
México